La endoscopía: un método seguro de diagnóstico y tratamiento
La endoscopia digestiva alta
consiste en introducir por la boca del paciente un tubo flexible que tiene una
cámara y una luz para explorar la zona del esófago, estómago y duodeno. A
través de ese tubo se pueden introducir instrumentos quirúrgicos para, por
ejemplo, tomar muestras de tejidos. El procedimiento es de corta duración, por
lo general entre 10 y 15 minutos. Y suele ser ambulatorio, no requiere la
internación del paciente. Sí se le indica que asista al estudio cumpliendo un
ayuno de 8 horas, y que vaya acompañado, porque puede salir un poco mareado o
desorientado.
Por requerir sedación, se hace
con el cumplimiento de exámenes pre-operatorios que, básicamente, consisten en
análisis de laboratorio, radiografía de tórax, electrocardiograma y
espirometría, si se considera necesario por el profesional que lo indica.
La endoscopía presenta
estadísticas que lo posicionan como un método altamente seguro. La Fundación
Española de Endoscopía Digestiva explica que las complicaciones son poco
frecuentes: menos de 1 de cada 1000 procedimientos realizados. La mortalidad
asociada a este tipo de prácticas es muy baja, situándose aproximadamente
entorno al 0.004% aumentando con la edad y otros antecedentes del paciente.
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